Amanecer en Es Figueral
- Pequebelmc
- 28 may 2019
- 5 Min. de lectura
Como les había comentado, entre la Playa de Aigües Blanques y Playa Es Figueral hay un pequeño lugar, con vistas privilegiadas, donde a pesar de no poder apreciar el atardecer, sí se puede avistar el amanecer. Ver post anterior.
Klaudi, mi amiga, y su familia se tenían que ir, yo no tenía vehículo propio, pero sabía que algún colectivo pasaba por allí. Por lo tanto, decidí quedarme. Ese lugar me llamaba, me invitaba a seguir recorriéndolo, disfrutándolo.
En el momento en que me quedé sola, comenzó mi propia aventura. Como un niño perdido, tenía todo ese nuevo mundo para descubrir, todo para mí!. Un poco de playa, un poco de caminata, subida y bajada de piedras, sesión de fotos panorámicas. Como mi ración de comida había sido calculada solo para el almuerzo, decidí volver a Es Figueral y tomar un café cortado con vistas a la playa para recargar energías. Luego, en el almacén de la calle principal, decidí comprar un par de frutas y unas galletitas para tener provisiones en mi aventura nocturna.
Así, con la mochila recargada, ya de noche, volví a caminar hacia aquel recoveco tan preciado. A medida que me despedía de la zona urbana, mis ojos se iban agudizando y mis oídos también. Claro, a penas te encontrás de cara a la oscuridad, da un poco de miedo.. pero sabía el camino y no estaba sola, las estrellas comenzaban a guiarme y a alentarme para seguir. Sabía que ellas me acompañaban desde arriba.
Se estaba poniendo fresco y comenzaba a correr un poco de viento, qué suerte que había llevado el buzo! y para las piernas.. la lona de playa. Luego de una larga charla conmigo misma.. (donde estaba, donde iba a dormir y con qué me encontraría al despertar!) emocionada y muy agradecida, miraba al cielo, extrañaba y recordaba a cada uno de ellos que estaban lejos de mí, pero siempre cerca, conmigo; y sentía la fuerza que me llegaba para continuar.
Me acurruqué a los pies de ese enorme gigante. Su postura, hasta de lejos imponía respeto. Como un guardián de la isla, un caballero, de pie, firme, serio. Día y noche, cumpliendo su deber, protegiendo. Por eso, sentí que estaría segura y me acomodé a sus pies. En posición fetal, en un hueco entre las rocas-colchón. Mochila como almohada e intentando cubrirme del viento fresco, me dormí.
Tormenta, relámpagos, truenos, voces, el mar agitado, enojado, furioso. Frío, mucho frío. Su presencia era indudable. Barcos, viento, velas, cielo de un escarlata oscuro.
Solo uno de ellos se acercó, su rostro, para nada amigable. De su boca salían palabras que parecían insultos, pero sonaban como jeroglíficos. Sí, yo no entendía nada de lo que decía. Pero en la prisa, en el apuro, no me hizo falta comprender sus palabras, porque su mirada lo dijo todo. No debía estar ahí. No podía. Había ocupado un sitio que no me correspondía. Yo, estaba fuera de lugar. Su mirada lo dijo muy claramente, me tenía que ir.
Desperté. Era plena madrugada. Wow, qué había sucedido?. Había sido tan real que al final lo entendí. Pero imagínense, sola, en una roca gigante, en el medio de la nada, bajo la eterna noche, viento frio, ruidos del mar.. fue un poco revelador y escalofriante al mismo tiempo. No lo dudé un segundo, agarré mis cosas, pedí perdón y me moví de ese lugar. Tan lejos no me fuí, pues interpreté que de ese preciso sitio debía moverme, de ese pasadizo en el que me encontraba durmiendo como un niño.
Era tal vez una puerta, un portal; ellos estaban enojados, si, y era peligroso para mi. Entendí así su mensaje, y supe que respetando ese lugar.. todo estaría bien.
Claramente, luego de aquel episodio, no me pude volver a dormir, jaja. Imagínense si pasaba algo mas luego!.
Mi nueva cama era todo un desafío, tenía una inclinación de 45 grados o un poco más. Debía acomodar la mochila de forma estratégica para que no se deslizara por la roca hacia abajo. Yo, pese a que disfruté la postura espectador de cine por unas horas; luego de un rato mi cuerpo pedía rotación. Así que fui dormitando un poco y buscando el lugar donde la forma de la roca se complementara con la de mi cuerpo. La encontré, si, un rato antes de comenzar a vislumbrar ciertos cambios en el horizonte. Momento en el que todo temor que había tenido hasta entonces, comenzaba a disiparse.
Recuerdo varias canciones de campamento que fueron mi compañía esa noche. Hice un par de recitales espectaculares en esa roca (tal vez por eso me habían mandado a volar..). qué lindo que es cantar! y cómo el alma vibra con mas fuerza cuando uno lo hace!.
Luego, cazadora de amaneceres en marcha, chequeaba tener espacio suficiente para poder guardar todo en mi pupila externa, mi gran ayuda de memoria (la cámara de mi celular). Iba contando los minutos y sin querer pestañar intentaba memorizar instantáneamente cada pequeño cambio que modificaba ese cuadro pintado por el gran maestro universal. Lo oscuro, comenzaba a dar paso al color; tonalidades intensas, dramáticas, barrocas. Luego comenzaban a tener mas luz, a diferenciarse en mas profundidad. Faltaba mucho aún..



Otro pequeño vigilante esperaba conmigo su llegada. Ambos formabamos parte de ese instante, de esta tierra y de este universo; roca y cuerpo humano, materia, energía. Vivos, haciéndonos compañía, esperando su llegada.
Ah, creo que las pocas palabras que sé no alcanzan y no le hacen ni un poco de referencia a la maravilla que estaba presenciando.
Un nuevo día, una nueva oportunidad, una nueva vida, un nuevo ciclo se presentaba. Cuánto aún por aprender!. Gracias vida! Gracias universo, gracias, gracias, gracias!.
Gracias por haberme dejado ser parte de todo eso, presenciar y vivir ese momento, el comienzo de ese nuevo día.












Esta al alcanze de tus propias manos, el cómo vivir tu vida, cómo sentirla, cómo disfrutarla. Hacela valer, vivila!
Él amanecía y junto a él, todos nosotros también. En otras partes del mundo tal vez un par de horas antes o después; no importa, todos comenzamos y todos terminamos. Son ciclos, día y noche, oscuridad y luz.. siempre de la mano. Gracias por ambos!
A tener en cuenta:
Como mencioné hay un colectivo/ Bus que llega hasta Es Figueral y es el número 16B, este sale desde Santa Eularia (chequear bien siempre los días y horarios porque pueden llegar a modificarlos, aquí tienen una guía). Si se encuntran en Ibiza centro, sin vehículo propio, deberán tomar la línea L13, que los lleva hasta Santa Eluaria, ver horarios aquí.
Hay almacén para comprar comida, como un mini-supermercado en Es Figueral.
Los lugares que muestro en las fotos no son sitios accesibles para personas con movilidad reducida (ya que hay que trepar rocas).
La calidad de las fotos que tomé con mi celular no permiten apreciar en su total belleza los paisajes, pero es para darles una idea.
Son amantes de la naturaleza? Les gusta acampar? Han viajado solos? Cuál fue su experiencia más memorable durmiendo a la intemperie? Cuenten!, que sé que somos varios aventureros!. Si tienen pensado ir y quieren algún consejo mas, algo con lo que los pueda ayudar; o si solo tienen algún comentario o pregunta al respecto, no duden en escribirme!
Comments